El Rosé, es el resultado de una fermentación llevada a cabo a temperaturas entre 12º y 15º durante un período de entre 20 y 35 días. Este proceso meticuloso da vida a un vino único que te cautivará desde el primer sorbo.
En la copa, se presenta con frescura y sutileza, caracterizado por un trago fácil y un paso amable que lo convierten en un acompañante ideal para cualquier ocasión. El Rosé nos deleita con la explosión de sabores de flores de primavera, pétalos de rosa, fresas y moras, llenando nuestra boca con su encanto.