Tinta del país (Tempranillo) y un pequeño aporte de Cabernet sauvignon constituyen el rico coupage que es Carmelo Rodero Crianza 2018. La firma burgalesa, afincada en Pedrosa de Duero, empleó en su cuidada elaboración los frutos de viñedos de más de 15 años de edad, ubicados a una altitud de entre 750 y 850 metros. El resultado, tras 15 de meses de crianza, es un tinto imponente en su juventud, elegante en su madurez. Un auténtico clásico de Ribera del Duero en su categoría