Es elaborado en la subzona de O Rosal en la DO Rías Baixas por Adegas Tollodouro y, en mi opinión, se comporta en la cata de forma muy similar a la añada precente.

Este Ramalleira sigue incluyendo en su coupage tres uvas autóctonas gallegas como son la Albariño, la Loureiro y la Caíño Blanco, dando  lugar a un vino ciertamente complejo pese a ser sin crianza. Se percibe no obstante la frescura y vivacidad de la uva mayoritaria, la Albariño, pero con toques que lo diferencian de otros jóvenes vinos monovarietales en mi opinión.

Mantiene en su cata en vista un color amarillo pajizo, muy brillante y limpio en copa parada, dejando ver reflejos averdosados en movimiento en copa. Buena lágrima y muy fluida.

Con una intensidad media, este Ramalleira presenta una nariz muy fresca, con mucha nitidez, donde de primeras se perciben aromas varietales de la Albariño como fruta blanca, toques a cítricos, toques tropicales de fondo, unidos a toques florales y fondo herbáceo. Muy equilibrados todo el conjunto con los aportes de las otras varietales. Un fondo mineral.

La entrada en boca, al igual que la nariz, es muy fresca. Fruta y acidez se dan la mano, facilitando una buena persistencia entrada en boca. En mi opinión presenta más potencia en las sensaciones en el paladar que otros jóvenes monovarietales albariños, mucho debido a las otras uvas presentes en este Ramalleira 2018.  en paso se muestra diferente a los monovarietales albariños jóvenes. Buen volumen en boca, presenta fruta, acidez y alguna percepción mentolada.