Este single malt es la unión perfecta entre Escocia y Francia; entre Speyside y Burdeos. Una edición limitada que pertenece a la colección Grand Series, una de las más exclusivas de Glenfiddich. La principal característica de este whisky reside en su prolongado envejecimiento (31 años), que ha contado con un acabado de 9 años en barricas que fueron utilizadas para la crianza de vino tinto de Burdeos. Según Brian Kinsman, Malt Master de la casa, "estas barricas son fuentes de sabor increíblemente versátiles y reconocidas por su extraordinaria calidad, lo que brinda la oportunidad perfecta para experimentar y desarrollar un destilado profundo". En cuanto a la presentación, destaca un estuche que combina inspiración francesa junto al diseño urbano y contemporáneo del artista André Saraiva.

Envejecido en barricas de roble americano y europeo con un posterior acabado de nueve años en barricas que se utilizaron anteriormente para la crianza de vino tinto de Burdeos. El tiempo total de añejamiento fue de 31 años. 

Profundo, sabroso y cálido. Destacan las notas de cerezas y manzanas caramelizadas además de las especias propias del roble tostado. Un acabado extraordinario y muy largo que nos deja el paladar con ganas de más.